El beso, que fue captado por las cámaras, inmortalizó el momento en que Herder, orgullosa de su pareja y con la camiseta de un equipo rival, no solo daba una lección de deportividad y compañerismo, sino que rompía junto a Eriksson un tabú que el fútbol masculino todavía no ha logrado romper: el de la homosexualidad. Casi que me lo creo» jajajaja», dice uno de los comentarios. Se la puedes regalar a un amigo, a tu pareja o a tu jefe (todo depende de su sentido del humor, claro).